Fanzine #3

EDITORIAL: Correspondencias
Descarga el Fanzine Número 3 Comadre-Luna

En la universidad me inscribí a un programa de correspondencia con otres estudiantes internacionales que aprendían español, y deseaban mejorar sus skills en este idioma. Recibí una carta de una chica de Japón en el verano de ese año. Me sentí profundamente feliz porque era la primera vez que alguien desconocide, me mandaba algo desde tan lejos. Fue una carta escrita a mano en un español impecable, en una hoja de color amarillo, con muchos stikers decorando la carta. Lo que más me encantó fue ver los datos del remitente: todo en japonés y un hermoso timbre postal de un lienzo en la esquina derecha del sobre; supongo que era una obra de arte de aquel país. No tardé mucho en escribir mi carta para continuar la conversación, e incluí una postal de Frida Kahlo. Cuando fui a correos a dejarla, al saber el precio, no la pude enviar. En ese momento no tenía “tanto dinero” para un envío internacional. Ya nunca más llegaron cartas de Japón ni de otro lugar lejano, hasta que migré. Recordar esta vivencia, me hizo pensar que todes deberíamos tener la experiencia de conocer gente de otros lugares del mundo, sin importar si compartimos la misma lengua, cultura o background. Creo que a todes nos pertenece la capacidad de asombro y sentir curiosidad de como viven otras personas. Creo que la curiosidad y el deseo genuino de contactar con otras con intereses similares, es una experiencia profundamente humana y válida, sobre todo en tiempos de aislamiento, soledad y constante movimiento. Especialmente si eres una persona migrante, siempre es sanador saber que alguien piensa en tí en la distancia. Porque no es lo mismo tener emails, videollamadas o mensajes de texto o audio vía WhatsApp, a hacer algo manual, creativo, y que contenga parte de tu esencia. Creo que el hecho de hacer algo con las manos para alguien, le pone un toque diferente que no está atravesado por los bites del ciberespacio que se pueden borrar cuando la memoria del celular está llena. El hecho de hacer algo manual o como decimos en inglés DIY ( Do It Yourself ) nos vuelve a colocar en la posibilidad de construir un espacio de sentir político, de escribir nuestras propias narrativas, historia, arte y memorias. Y estos son poderosos recursos de resistencia y de construir comunidad cuando eres una mujer o persona no binaria migrante residiendo en países anglófonos. Cuando la pandemia de Covid-19 nos puso ante la necesidad de confinarnos para salvaguardar la vida, como migrantes sabíamos que eso no iba a ser fácil. Ya de por sí la vida diaria en condiciones “normales” suponía todo un reto para nosotres luchando por conseguir mejores condiciones de vida y laborales; dominar mejor el inglés como segundo idioma, lidiar con las visas y los bills; con el Covid-19 un remolino de incertidumbre tambaleó nuestras esperanzas y proyectos para sostener la vida. Frente a todo, también fue momento de explorar otras lógicas fuera del capitalismo, al clamar por y desde nuestra humanidad para continuar tejiendo la vida. Y fue que pusimos en práctica esa consigna feminista: “no te conozco, pero nos necesitamos.” Recuerdo que en el primer encierro por Covid-19 en el verano de 2020, quienes integramos el Club de lectura en español de The Feminist Library en Londres, estuvimos teniendo sesiones cada miércoles; fue una necesidad de compartir sentires y reflexiones de lo que íbamos viviendo a lo largo de esos días calurosos en lockdown. Entonces nuestra amiga Andrea, que ahora vive en New York, y que fue una de las fundadoras del club, nos propuso tener correspondencia con la colectiva Comadreluna, espacio al cual se integró al llegar a Estados Unidos. Y así, con el deseo genuino de intercambiar parte de nuestras experiencias, entramos a un intercambio de cartas y crafts internacional. Nos metimos en una especie de bingo, donde el sorteo de tener alguien con quien intercambiar hasta finales del año, nos hizo sentir que exploramos vínculos inexistentes hasta entonces. Podríamos decir que fue una colaboración. Decidimos conocer y acercarnos con otras mujeres y personas no binarias migrantes residentes en países anglófonos para acompañarnos como habitantes del mundo, ciudadanes cosmopolitas; atravesamos las fronteras territoriales, del idioma, de los pasaportes y las nacionalidades con nuestras manos y lo que pudimos expresar a través de ellas y nuestras experiencias. Londres- New York-Francia, cartas y postales fueron y vinieron; collages y bordados se entregaron para adornar losmuros de nuestros hogares para recordar que hay alguien que piensa en tí y que en su espacio, tiempo y lugar está haciendo cosas para cambiar la situación de les migrantes de ahora y de quienes vendrán. No hay muros para detener los sentires. Este fanzine es el resultado de todo ese intercambio. Quienes lean u hojeen esta colaboración podrán encontrar textos, fotos, collages, bordados, ilustraciones y composiciones mixtas donde hacemos una invitación a abrazarnos en toda nuestra complejidad. Expresamos a través de lo que hicimos y escribimos una conciencia personal y colectiva de nuestras cuerpas, de nuestra salud, de nuestra condición finita, de nuestra vulnerabilidad, pero también de nuestros deseos en en crear, comunicar y cooperar en la dispersión que provoca el migrar; pues migrar nos ha dado otros ojos para habitar el mundo, y en donde hay muros somos puentes; en donde hay aislamiento, hay movimiento. Que ese deseo que habita nuestro ser y esa curiosidad por explorar nuevas facetas de nosotres mismes, no se apague. Nos necesitamos para sobrevivir.

Jael de la Luz

Londres, Enero de 2021, en la segunda semana del tercer lockdown por Covid-19.